miércoles, 7 de marzo de 2012

Nuestra Musica

Nuestra formación como músicos muchas veces descuida la esencia  de lo que somos, y se concentra en el virtuosismo de la  técnica, el análisis musical y la interpretación de obras clásicas europeas.No esta mal, pero si incompleto.¿ Y si plantemos enseñar lo mismo con obras de compositores populares  argentinos? de tango por ejemplo. Todavía permanece latente el mito del músico como un iluminado, un virtuoso  que toca muchas escalas y  rápidas, y tiene un peinado desprolijo y desafia   todo lo establecido. Una visión romántica que permanece, y se alimenta por los medios de comunicación y  prejuicios de la sociedad. Todavía se ven alumnos en el conservatorio y en la facultad con esa visión:” Se compraron un personaje con moño y todo”. 
Este tema no es menor, ya que la IDEA que tengamos sobre  la música va a definir de qué manera nos relacionamos con ella, en la forma que la transmitimos o la compartimos. Es bueno volver a las raíces, a nuestra identidad: lo que somos. Podríamos por ejemplo, interesarnos por los instrumentos prehispánicos, preguntarnos una vez por lo menos que compartían o buscaban comunicar nuestras antepasados, que relación tenían con su entorno, comparar con nuestra época, ver lo que somos y hacia donde vamos, o “nos quieren hacer ir…”que influencia tienen el folklore actual con estas cosas, como se encuentra compuesta culturalmente nuestra sociedad.

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